05 / 01 / 2021
Otro año que se ha ido, éste se ha empeñado en que lo despidiéramos con ganas, que todo el mundo deseáramos que terminase y es que hay años y años, y 2020 ha sido de los que difícilmente olvidaremos.
Comenzaba con muchas esperanzas e ilusiones, como todo lo nuevo, además bisiesto, había una oportunidad más a sumar a los 365 restantes, pero allá por el mes de febrero algo comenzaban a contarnos de un virus que venía de China, contagioso y peligroso como ninguno conocido hasta el momento, pero que extrañamente, por otro lado, moría con agua y jabón.
Y 2020 fue el año de la información y de la desinformación; todo el mundo hablaba, todo el mundo conocía, todo el mundo decía y comentaba, al mismo tiempo que todo el mundo ignoraba.
La curva subía, la curva bajaba, la curva alcanzaba su pico, la curva... Por un momento parecíamos vivir un déjà vu, con lo que en tiempos de la crisis fue la prima de riesgo, ahora era la curva, esa maldita curva….
Y ese pequeño virus seguía llenando titulares, portadas y cabeceras de telediario, terrazas y balcones de las casas. pero al mismo tiempo, vaciaba calles, vaciaba comercios, oficinas, fábricas, vaciaba almas, familias y vidas.
En Santa Barbara, como en el resto de residencias, dejó de haber tanto ruido, las visitas pasaron a ser más contadas porque lo primero son nuestros residentes y había que protegerlos por encima de todo.
Las auxiliares y trabajadores suplían con sus muestras de afecto y cariño la cercanía de los familiares y sus sonrisas seguían estando, pero ya no dejaban verse en las comisuras de los labios, ahora eran las miradas las que lo decían todo.
Llegó el calor y con él esa nueva normalidad, extraña, pero normalidad según dicen. Y es que en nuestros genes latinos viajan los besos, los abrazos, las palmadas, los gestos de complicidad y esto de encontrarse y saludarse con el codo, con el pie, o tan sólo con la cabeza nos cuesta, nos cuesta mucho, pero protege y es lo que toca, es lo que hay.
Y, así las cosas, como si nos lo hubieran arrancado del calendario, entre confinamientos, encierros, hidrogeles, mascarillas, aplausos, distancias y demás restricciones, que 2020 se nos ha ido y con él algunas de aquellas esperanzas e ilusiones, que en realidad no se han ido, simplemente las hemos guardado para este 2021 que acabamos de empezar, que si bien no tiene esa oportunidad extra, tiene las suficientes para sentir y disfrutar la vida con la pasión y la ilusión que se merece.
Y es que la vida sólo es para eso, para ser vivida.
¡Feliz 2021!
28 / 12 / 2020
Residencias de mayores, instituciones y empresas se unen para concienciar a la sociedad zaragozana del problema de la soledad agravado por la pandemia.
Como continuación a la iniciativa que el Excmo. Ayuntamiento de Zaragoza llevara a cabo el pasado año reuniendo a cenar el día de Nochebuena a 120 personas que vivían solas en el centro Lain Entralgo, Fundación Asistencial Agustina Zaragoza, Fundación Anagan, Fundación Memora, junto a las residencias de mayores Santa Bárbara, San Felipe Neri, Grupo Los Maizales y Grupo Parque Dorado, e importantes empresas y entidades del sector empresarial y social de la ciudad, toman el relevo de la acción adaptándolo a la nueva normalidad.
Tanto el Excelentísimo Ayuntamiento de Zaragoza como la Consejería de Ciudadanía y Derechos Sociales apoyan este pequeño gesto porque como buenos conocedores de la realidad de la sociedad zaragozana, saben que la solidaridad es cuestión de sumas y quien suma, siempre gana.
Este año serán 200 las personas que el día de Reyes recibirán en sus domicilios una comida especial que dos conocidos cocineros de la ciudad, Manuel Barranco (Chef Manolito) y Manel, del Restaurante Aura, habrán preparado en sus fogones junto a los jefes de la cocina de las citadas residencias y serán auxiliares de geriatría de esas mismas residencias los que voluntariamente irán de casa en casa repartiendo la comida para que el día de Reyes ellos también sientan que la magia existe.
El menú que van a disfrutar estas 200 personas va a consistir en:
Se trata de un menú que refunde algunos de los platos que suelen servirse en las residencias participantes en los días festivos o especiales, como en este caso el día de Reyes.
Los productos para su elaboración los cede gratuitamente una de las principales empresas proveedoras de las mismas residencias, Central de Compras Cafer, y gracias a la cesión de la cocina e instalaciones del complejo de restauración Aura, y gracias a su gerente Iván Acedo, conocido tanto por su actividad como por su participación en diversas causas solidarias en nuestra ciudad, la elaboración y su posterior envasado, va a ser posible.
De la logística del trasporte se ocupará la Fundación La Caridad vinculada al ayuntamiento de Zaragoza y que realiza a diario una encomiable acción solidaria con colectivos necesitados de nuestra ciudad. El traslado se realizará en vehículos frigoríficos para mantener todas las condiciones de seguridad alimentaria y no romper la cadena de frío.
La soledad es la nueva pandemia del siglo XXI. El individualismo, las prisas y el egoísmo se impone en muchas ocasiones, pero ellos nos han dado mucho; han construido la ciudad y la sociedad en que vivimos con su esfuerzo, su sacrificio y sus valores, por eso no podemos, no debemos mirar para otro lado. Debemos mirarlos, cuidarlos y sobre todo acompañarlos, porque la soledad no se vive sólo en estas fechas, se vive y sufre todo el año y esta pandemia, con sus nuevas costumbres y hábitos sanitariamente aconsejables, con sus confinamientos, con sus distancias sociales, con su tristeza, al fin y al cabo, no ha hecho más que ahondar en una mayor soledad a las personas.
Con esta acción somos muchos los que nos unimos y solidarizamos con las personas mayores que sufren la soledad y empresas o entidades tan arraigadas como Freixenet, Frutos Secos El Rincón, Alphabet capital, Cepyme, ASAPME o Pensium se unen también a esta acción aportando, entre otras cosas, la visibilidad que a través de sus medios y RR.SS. pueden dar a este gesto solidario, que no pretende sino concienciar de la difícil situación por la que atraviesan muchos de nuestros vecinos.
El día 5 de enero 200 personas mayores se sentirán un poco menos solas, al abrir la puerta se encontrarán a auxiliares de geriatría voluntarios, ofreciéndoles un menú especial, una sonrisa, un poco de conversación y lo más importante, la sensación de que alguien se vuelve a preocupar por ellos. Y es que no olvidemos que ellos, los auxiliares, han sido los héroes y heroínas olvidados en esta pandemia, esta vez, de nuevo sin capa, volverán a brillar.
Además, la suma de apoyos va a permitir que junto al menú del día de Reyes cada persona mayor reciba un pequeño detalle cedido por Aragón TV y gracias al proyecto “La caja de las palabras mágicas” que la Consejería ha puesto en marcha este año, cada persona mayor va a recibir una felicitación, un dibujo, una carta, unas líneas que le recuerden que alguien piensa en ella y aún en la distancia, la apoya. Se trata de un bonito proyecto por el que muchos colegios e institutos se hermanan con los colectivos más débiles y les muestran su apoyo a través de cartas que realizan sus alumnos y se entregan en residencias como símbolo de apoyo y recuerdo.
Y que acciones como esta nos sensibilicen y conciencien, a los que trabajamos cerca del área de mayores y a los que no, de lo que le pasa a muchas personas que tenemos cerca y que no miremos para otro lado.
Una palabra, una sonrisa, un café de 5 minutos, un “te bajo a comprar el pan”, no son nada, pero en el fondo son un día menos de soledad.
09 / 12 / 2020
El pasado viernes 4 de diciembre tuvimos ocasión de celebrar, un año más, el día de Nuestra Patrona, Santa Bárbara.
Desde primera hora de la mañana el ambiente festivo se respiraba en la residencia.
El himno sonaba por los altavoces suavemente, los fogones volvían a embriagar la residencia de olores conocidos que abrían el apetito y aquéllos que en sus años jóvenes habían sido artilleros volvían a recordar sus hazañas y aventuras mientras seguían entonando y tatareando por lo bajo, volvían a ser artilleros, volvían a tener ese brillo en los ojos que da la juventud, que da la vida.
La comida deliciosa como todos los días, comida rica, comida de casa, pero los días de fiesta más. Menú especial, en Honor a Santa Bárbara: Coctel de marisco, lomo relleno con salsa de setas y profiteroles de crema sobre una base de chocolate caliente, sencillamente delicioso.
Los trabajadores que estaban en turno también han disfrutado y el resumen es sencillo; el equipo de cocina nuevamente ha sido el ganador.
Tras un ratito de descanso continuaba la celebración y como en esta residencia nos gusta sumar, esta vez se ha sumado la Comunidad religiosa del Colegio Santa María del Pilar – Marianistas, que han preparado y celebrado la Eucaristía en Honor a Santa Bárbara y como los tiempos cambian, y la pandemia parece que ha impulsado a gran velocidad estos cambios, nos la han retrasmitido en streaming y la hemos podido seguir en todos los salones a través de las televisiones.
A vinos nuevos, odres nuevos oía de pequeño decir a los mayores…
Y el día de nuestra patrona iba cediendo horas a la tarde noche con un precioso, pero frio atardecer que se podía contemplar desde la entrada a la residencia.
Y es que nuestra residencia no sólo está estratégicamente situada entre las vías del tranvía proporcionando una gran accesibilidad, sino que, además, está estratégicamente situada para poder observar unos prometedores amaneceres y unos espectaculares atardeceres…, pero de esto ya hablaremos otro día.
Por último, permítanme que les dé un consejo; estén atentos, cuídense y sean felices y no se acuerden de Santa Bárbara sólo cuando truene…
18 / 11 / 2020
En Residencia Santa Bárbara seguimos sumando, porque para nosotros lo importante son nuestros residentes, por eso, desde el pasado mes de octubre, incorporamos en nuestra carta de servicios el de logopedia a través de un convenio con ASPANSOR (Asociación de Personas Sordas).
Aspansor es una entidad sin ánimo de lucro declarada de utilidad pública, que desde hace más de 40 años ofrece atención integral a las personas con discapacidad auditiva y a sus familias, defendiendo sus derechos individuales con el fin de conseguir su plena inclusión social.
El conjunto de profesionales que pone Aspansor a nuestra disponibilidad, (Titulados en logopedia, en audición y lenguaje los trastornos del lenguaje y de comunicación y técnicos en mediación comunicativa), son los que se van a encargar de evaluar y tratar a través de programas individualizados de rehabilitación los trastornos de lenguaje y comunicación.
La comunicación de forma coherente es clave para poder disfrutar de una auténtica calidad de vida. La edad, o determinadas enfermedades son algunos de los motivos que pueden afectar a los adultos y entorpecer esta comunicación y es, en estos casos cuando un tratamiento logopédico apropiado resulta de vital importancia.
Algunas de las patologías que pueden darse y que requieren de tratamiento logopédico:
Estas y otras disfunciones restan calidad de vida y autonomía a nuestros mayores, por eso desde Residencia Santa Bárbara apostamos por valorar a los residentes que presenten problemas de comunicación para establecer, si los profesionales así lo consideran, acciones de rehabilitación en aras de alcanzar una mayor autonomía y calidad.
Sigamos sumando
20 / 10 / 2020
Llegó 2020 y desde luego que este bisiesto va a ser difícil de olvidar por ser sencillamente diferente, para todo y para todos.
Y ni la Virgen del Pilar se ha librado de sufrir las consecuencias de la Covid 19. Este año le contaron que no iba a tener su tradicional ofrenda de flores en que todos los años medio millón de personas, si no más, venidos desde distintas partes de España, y hasta del mundo, unían sus diferencias, sus culturas, sus ideologías, sus creencias, sus vestimentas y hasta sus vidas por un rato, y se presentaban ante ella con sus flores, sus oraciones, sus miedos, sus esperanzas y de nuevo, su vida.
Y es que Nuestra Señora del Pilar es Virgen de Primera División o de Champion: Patrona de la Guardia Civil, será por ello su vocación de servicio al prójimo y de cuidado de todos, Patrona de Zaragoza, Patrona de España y por ende de toda la Hispanidad, pero hasta para ella este año ha sido diferente.
En Santa Bárbara no queríamos que la Covid ganara la batalla, así que celebramos nuestras no fiestas del Pilar con los que más queremos, nuestros residentes, e intentamos que el 12 de octubre volviera a ser un día realmente especial para ellos.
Desde el comienzo de la mañana se respiraba algo diferente en la residencia. La alegría se notaba en el ambiente; las jotas sonaban suave pero constantemente a través de los altavoces, los auxiliares y el resto del equipo llevaban puesto un cachirulo, la cocina olía como siempre de maravilla, pero era un olor conocido, un olor de los de siempre, había menú especial: hojaldre de marisco, jarretes y sorbete de limón. El equipo de cocina una vez más estando a la altura y haciendo disfrutar a nuestros residentes como sólo ellos saben, a través del paladar.
Y comenzaba la tarde cuando aún quedaba alguna sorpresa. Algunos miembros del equipo directivo de Fundaz, y por supuesto Elena, la directora de Santa Barbara, se vistieron con sus mejores galas de baturras y fueron llevando a todos y cada uno de los residentes un clavel y una medida de la Virgen del Pilar a sus habitaciones, a los salones o donde se encontrarán pasando la tarde.
Momentos enternecedores sin duda donde algunas residentes recordaban sus años jóvenes cuando ellas mismas se vestían para pasar en la ofrenda o cuando vestían a sus hijos o incluso a sus nietos. Otras tocaban las telas o miraban cómo estaban confeccionados los trajes y recordaban cuando a ellas no les costaba enhebrar las agujas. Momentos bonitos, momentos diferentes, para ellas, para nosotros sin duda.
Y al final la Virgen pudo tener su ofrenda, más pequeña, más sencilla, pero su merecida ofrenda. Algunos residentes salieron a la entrada donde se había colocado una silueta de la Virgen con su manto y la fueron llenando de claveles, rojos y blancos y ahí quedó con sus flores, sus oraciones, sus miedos, sus esperanzas y en parte, su vida.
¡Viva la Virgen del Pilar!
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